sábado, 18 de junio de 2016
lunes, 6 de junio de 2016
¿OTRA ESCUELA ES POSIBLE?:
Las masas humanas más peligrosas son aquellas en cuyas
venas se ha inyectado el veneno del miedo… del miedo al cambio
Octavio Paz
Hace tiempo
ya que decidí empezar a jugar al tenis, un deporte divertido, pero difícil de practicar porque precisa que
los jugadores dominen diversas técnicas,
motivo éste que me impulsó a buscar entrenador. A su eterna paciencia debo hoy grandes
momentos de diversión y sano ocio.
Uno de los
golpes más difíciles, a la vez que necesario,
para el principiante es el “revés”. Se me hacía imposible pasar la bola
por encima de la red con este golpe y mucho menos que tomara una dirección
mínimamente precisa. Cada vez que lo practicábamos
recuerdo a mi buen entrenador gritándome desde el otro lado de la pista:
-Gira, gira
un poco más.
-Pues como
no me dé la vuelta- le contesté manifiestamente harto y casi de espaldas. A lo que él repuso:
-Tú no,
hombre, gira un poco la empuñadura.
Y descubrí
que, sorprendentemente, una pequeña acción provocaba grandes cambios.
La voluntad
de cambiar para llegar a ser y estar de otra manera diferente es uno de los prodigiosos
distintivos del ser humano. Pero ello conlleva
tanto el reconocimiento de quiénes somos y dónde nos situamos como la
visión del quiénes queremos ser y a dónde queremos llegar.
La primera
reflexión que debería hacerse cualquier profesor, o quien pretenda serlo, es
cómo se va a situar en la profesión, es decir, quién quieren ‘ser’.
Todos
recordamos a ese profesor que influyó tanto en nuestra vida, en nuestros
valores, en nuestra manera de ver el mundo, incluso que nos inclinó por determinadas
asignaturas, por las ciencias o las letras, por los idiomas…
Todos
recordamos a esos mitos de nuestra profesión, de la literatura o el cine, aquel
Sidney Poitier interpretando al Profesor Thackeray en Rebelión
en las aulas, (1967) o al magistral Robin Williams como actor principal de El club de los poetas muertos, (1989) en
la que el profesor Keating inspira
un cambio en la vida de sus alumnos
hasta el punto de dejar “a los chicos en pie sobre sus pupitres,
dueños de sí mismos y de sus destinos”
Como recordamos
aquellos otros profesores que no fueron más que Otro ladrillo en el muro, ladrillos
controladores de pensamientos que
llenaron de sarcasmo oscuro nuestras
clases. Fascinante Pink Floid.
Y
como no, NO recordamos a tantos y tantos que pasaron por nuestra vida, con sus
libros de texto, sin pena ni gloria, con el único beneficio de haberse ganado
la vida a costa de nuestro tiempo, de
poner a prueba nuestra memoria y de nuestra infancia.
El
principio, paradójicamente, es el fin. ¿Para qué?. ¿Quién queremos ser?.¿Cómo
queremos estar aquí?
La escuela
tradicional, heredera de la realidad española del S XX, poco que ver con la
llamada “Escuela Nueva”, representa un paradigma transmisivo de los valores
intelectuales y morales de la sociedad con la finalidad de que estos sean
conservados. De formas rígidas, el orden, los conocimientos científicos considerados
como verdades absolutas, la disciplina, la carencia, incluso por castigo, del
incómodo pensamiento crítico… son entre otros sus fundamentos.
Paradigma que habitualmente defino pseudomatemáticamente a través de la fórmula E4=O.
Esto es, un proceso que comienza con la Explicación del profesor (exposición
del contenido frente al alumno) a la que le siguen el Estudio (memorización del
contenidos), los Ejercicios (que ayudaran a esa memorización del contenido) y
que culmina con la gran E de Examen (comprobar si se ha memorizado el
contenido, lo que da origen a una calificación). Pero la formula no da cero,
sino “o”. O de olvido. Lo que, si analizamos los contenidos en orden a su
relevancia, quizás no sería la peor de las consecuencias.
Frente a
ella el paradigma de la acción, la Escuela Nueva en Europa y su
equivalente la Escuela Progresista en
EEUU cuyos principios se consolidan como alternativa a la anterior en el primer tercio del siglo XX y que cada
vez esta cogiendo más fuerza en la actualidad, porque, como en sus principios,
representa un modelo de transformación
social a través de la educación, deseado por una sociedad cuya constante es el
cambio y asentado en un impresionante avance en las Tecnologías de la
Información y Comunicación.
Los postulados básicos:
- Centrar el proceso de E/A en el alumno (precedentes en la filosofía de Rousseau 1712- 1778
- Basar la educación en el desarrollo armónico de las capacidades intelectuales, emocionales, morales y artísticas (Pesatlozzi 1746-1827)
- Aprender haciendo (el lema de la filosofía de John Dewey 1859- 1952)
A lo que,
con toda humildad, yo añadiría
- La participación real y efectiva de la familia y la sociedad en el proceso, es decir, un principio de corresponsabilidad.
- Y la idea de escuela como organización que aprende tal como la define el profesor Santos Guerra (2006).
Todo
ello implica un cambio de rol en los vértices del triángulo
Alumno-Profesor-Contenido, en una
diversificación de métodos y técnicas.
Si
compartimos este propósito, si ésta es nuestra creencia, tenemos la llave que
nos permitirá emprender las acciones que originen el cambio.
Cambiar de
paradigma, en contra de la creencia popular, no es difícil. La clave es que la motivación sea lo suficientemente fuerte: creer en esa
transformación social a través de la educación, desafiar la tradición, establecida,
fundamentar esos postulados básicos que nos inspiran de forma ética y honesta. Sólo
la creencia compartida, la finalidad consensuada y voluntariamente asumida conquistará
nuevos comportamientos
Como se
puede deducir fácilmente, se trata de una motivación interior, nunca impuesta, desde fuera, desde arriba, desde abajo, desde
la derecha o desde la izquierda. Me gusta la visión que sobre este tema aporta
desde un perspectiva sistémica Vicente Scanell (2014) en el blog “La danza del
cambio”. Scanell establece una tipología del cambio basada en la motivación del
impulso o liderazgo. Así los
cambios inducidos, que son aquellos originados directamente por un
agente externo, no producirán a penas impacto. Buen ejemplo es el de
nuestras controvertidas leyes generales de educación, que se han ido sucediendo
sin que apenas cambiara nada.
En los cambios adaptativos al impulso externo
se le suma la voluntad o interés de las organizaciones para adoptar aquello que
le resulta más conveniente. Pueden ser relevantes en las formas, pero
insuficientes.
En tercer y
último lugar el cambio
intencional, que se da
cuando la voluntad de cambio se produce
desde la propia organización. En este tipo de cambio, hay personas, líderes,
grupos o equipos, que creen y quieren resultados diferentes, por lo que
consideran el cambio inexcusable. Éste es el fundamento de cualquier cambio de
paradigma.
Por
tanto, cuando se presentan libros blancos (¿blancos?) de “expertos” (Del
lat. expertus 'experimentado'. ¿experimentados?), negociaciones y
pactos sobre la leyes generales de educación, sin contar con los protagonistas reales,
todas estas acciones por muy voluntariosas o bien intencionadas que pudieran
parecer, que no nos engañemos no lo son, están abocadas a tener como mucho un impacto mínimo y
tangencial, pero nunca llegarán a generar cambios de calado.
Así pues, a
mi juicio, la clave del cambio se encuentra en los centros. La comunidad educativa y, sobre todo, los Equipos
docentes son el auténtico motor del
cambio, y el combustible que ha de inspirar y empoderar a esos equipos son los
Equipos Directivos.
He utilizado
deliberadamente la palabra Equipo y no Claustro, porque el primer paso que han
de dar los centros se refiere justamente
a la formación de Equipos de trabajo.
En este tema
me declaro seguidor de las teorías de Xesco Spar, teorías basadas en su propia
experiencia, experiencia exitosa como pocas, tanto en el balonmano como en su faceta de coach
y conferenciante, porque la dimensión a la que se orientan es la acción. ” Mucha
gente sabe lo que tiene que hacer, pero poca gente hace lo que sabe”.
Foto: www.elconfidencial.com Los monos aciertan tanto como los expertos sus pronósticos |
Nada se nos da sobrevenido, somos nosotros los
que tendremos que hacer que las sucesos ocurran, provocar las circunstancias.
Los equipos no nacen, se hacen.
Por ello es necesario saber cuáles son sus fundamentos y trabajar, desde ellos,
en su construcción.
Los equipos comparten, como indicábamos antes,
el mismo propósito, pero lo hacen con sentido de colaboración, esto es se
combinan talentos y se ofrecen y aceptan ayuda, porque son conscientes que ello
mejora el rendimiento y facilita la consecución del objetivo final.
La consciencia de que ninguno de nosotros es tan brillante como todos nosotros (K. Blanchard),
teje el principio de confianza que ha de ser soporte de la sintonía del equipo y
garantía en el rigor, la suma de habilidades, la aceptación y respeto dentro
del trabajo colaborativo. En palabras de Ghandi No hay que apagar la luz
del otro para lograr que brille
la nuestra
Desde el
punto de vista del liderazgo, tanto la delegación como el mantener permanentemente
motivado al equipo (y al resto de la comunidad educativa) son las claves del empoderamiento que actuará
como fuente de energía, como palanca del cambio
Por otra parte, el análisis honesto de
los problemas de la organización desde un enfoque global, principio sistémico, la evaluación permanente de procedimientos, éxitos
y fracasos desde la sintonía y el objetivo de la mejora constante, será el soporte
del reconocimiento de la diversidad y
responsabilidad en el seno del trabajo en equipo.
En resumen la necesidad del cambio
educativo es más que evidente, la sociedad cambia, los alumnos son distintos y
las competencias que ha de asumir la escuela no son las de antes. La escuela
tiene que ganar en racionalidad, flexibilidad, creatividad, actualidad,
diversidad, permeabilidad… para conseguir este cambio de paradigma la Escuela
ha de centrarse en los alumnos, tiene
que abrirse a la participación, a la vida, a la sociedad, a la tecnología… y compartir propósitos y responsabilidades. La llave de este cambio no se encuentra en despachos, consejerías y ministerios, sino en las comunidades educativas, en los Centros, y particularmente en los
equipos docentes. Los equipos directivos son los encargados de provocar estas
circunstancias y construir auténticos equipos en sus
centros, En definitiva: "Si quieres construir un barco, no
empieces por buscar madera, cortar tablas o distribuir el trabajo, sino que
primero has de evocar en los hombres el anhelo del mar libre y ancho” (Antoine de Saint-Exupéry)
ESPAR MOYA, X. (2010) Jugar con el corazón: la excelencia no es
suficiente (5ª ed.) Plataforma editorial. Barcelona
SANTOS GUERRA M.A. (2006) La escuela que
aprende. Madrid. Morata.
SCANELL BERRUECO V. (2014) La danza del cambio. Cambio inducido, cambio adaptativo y cambio intencional [en blog] Recuperado de http://enriquesacanell.blogspot.com.es/2014/01/cambio-inducido-cambio-adaptativo-y.html
jueves, 2 de junio de 2016
(ME) ANUNCIO POR PALABRAS
Nivel 6º de Primaria
Objetivo: Desarrollar destrezas relacionadas con
la competencia digital
2.6 "Gestión de la identidad digital”.
Específicamente:
Comunicarse en entornos digitales sabiendo los datos que aporta en el uso de medios digitales y siendo
consciente de que estos conforman su identidad digital
Valorar la importancia de gestionar su identidad digital de forma
adecuada.
Areas: Se relaciona con las áreas de Lengua, Sociales y Valores a la vez
que forma parte de las actividades diseñadas en el Plan de Acción Tutorial en
el ámbito del Desarrollo y adaptación personal, escolar y social.
Descripción metodológica. (1)
Secuencia:
Presentamos un muro digital (lino, padlet…).
Cada uno escribirá un anuncio
por palabras ofreciendo sus mejores cualidades en un determinado tiempo
Cumplido el tiempo el profesor ordena los post-its e
invita a que los alumnos dejen una referencia escrita y una pregunta sobre el
que más les haya llamado la atención .
Al terminar se hace una asamblea para reflexionar sobre
la dinámica y su objetivo. Conclusiones
Evaluación:
Sabe que los datos que aporta en el uso de medios
digitales conforman su identidad digital y valora la importancia de gestionarla
de forma adecuada.
Es capaz de proteger la propia reputación digital y de gestionar los
datos generados a través las aplicaciones utilizadas
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